martes, 1 de marzo de 2011

Abidjan. La ciudad cerrada

   Poco a poco la gente comienza a salir a la calle. Se olvida el toque de queda que hoy ya solo afecta a los barrios de Abobo y Anyama, al norte de la ciudad. Sin embargo, al sur, los mercados de Marcory y Treichville abren sus puertas, pero sorprende como más de dos tercios de los comercios permanecen cerrados; algunos por falta de suministros y otros por miedo al pillaje que en estos últimos días comienza a generalizarse por toda la ciudad. Algunas farmacias permanecen abiertas durante el día, pero debido al embargo de medicinas que afecta al país todas mantienen sus rejas cerradas bajo la llave que el agente de seguridad vestido de amarillo, uniforme oficial aquí para la seguridad privada, guarda celosamente. C'est un moment difficile qui traverse le pays, vous savez?*.

   Los pequeños puestos de comida ambulante funcionan a pleno rendimiento, pues la mayor parte de las tiendas están sin productos o directamente cerradas. Es fácil encontrar bocadillos de pollo, carne o pescado frito y sobre todo banane. Banane a la parrilla, banane frita, sandwich de banane o banane con picante, pero no con huevos; los huevos se han acabado. Para acceder a alguna tienda de productos no alimentarios, hay que dirigirse a la tendera que vende bananes al otro lado de la calle y preguntarle por el o la propietaria. Acto seguido algún niño o niña sale disparado a la carrera, y en pocos minutos aparece el o la propietaria. El comercio permanece cerrado, pero una visita a demanda bien merece un poco de atención. Al principio el calor es sofocante en la tienda construida de hormigón y uralita, pero cuando comienza a rotar el ventilador instalado en el techo parece que una brisa esperanzadora viene al rescate. La lucha con la tendera para alcanzar un precio conveniente a las dos partes resulta agotadora, empiezas a sudar de nuevo por no llegar a un acuerdo, pero te das cuenta que sudas porque en realidad el ventilador ha dejado de funcionar. Los cortes de electricidad son corrientes, c'est un moment difficile qui traverse le pays, vous savez?*.

   Los taxis comienzan a amontonarse en las esquinas y en las gasolineras a la espera de posibles clientes que no aparecen, pues en la última semana la gente no se aleja a más de un spring de sus casas. Al cruzar los barrios más populares, desde el taxi se puede ver como en las calles transversales de las avenidas, se levanta una barricada tras otra. Bloques de hormigón hacen de estructura, mientras que maderas y neumáticos son el material combustible que puede echar a arder en cualquier momento para evitar que los raid nocturnos penetren en las barriadas durante la noche en busca de acusados. Algunos bloqueos, negros, aun están humeantes y despiden olor a caucho quemado desde la noche anterior. C'est un moment difficile qui traverse le pays, vous savez?*.

   En la Avenue de la Reine Pokou hay una mancha de fuego como tantas otras en el suelo. El taxista la señala y cuenta que ayer por la noche entraron a buscar a un hombre en Treichville, y después de ejecutarlo lo dejaron en medio de la calle principal y con un poco de gasolina le prendieron fuego. Los vecinos deambulan de un lado a otro ensimismados en sus problemas. Estos actos son normales, c'est un moment difficile qui traverse le pays, vous savez?*. 



*El pais atraviesa un momento dificil, sabe?



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